En muchas ciudades y pueblos alrededor del mundo, es común encontrar casas abandonadas y en estado de deterioro. Estas residencias, una vez llenas de vida y hogar de familias, ahora yacen solitarias y desgastadas, testigos silenciosos del paso del tiempo y la negligencia.
En muchos vecindarios, podemos encontrarnos con casas abandonadas y en ruinas que parecen estar congeladas en el tiempo, testigos silenciosos del abandono y la decadencia. Estas casas dilapidadas, también conocidas como casas en estado de descomposición, representan mucho más que solo estructuras deterioradas: son símbolos de la negligencia, la tristeza y la pérdida de historias que yacen detrás de sus paredes descascaradas.